El único cumplido que se le puede dar a “Into the Storm” es que desde el principio ya está claro lo que tendremos que afrontar. En el primer minuto de la película los espectadores verán un horror oscuro, nihilista, estéticamente repugnante y sustancialmente vacío que perdura durante la hora y media que sigue, dejando el despliegue de efectos sociales para más tarde… y francamente, la espera no vale la pena.
Si bien ya se había empezado a comentar sobre la toxicidad de la “pornográfica destrucción” ya antes de “Man of Steel” hay otras películas del género “desastre” que nada tienen que ver con las obras de matanza a gran escala que nos despedazan el alma – un ejemplo que se puede citar es “Godzilla”. Pero para cada proyecto sustancioso como este que se viene de citar existen otra media docena de proyectos al estilo “Into the Storm”: películas que de una manera u otra nos quieren hacer pasar situaciones enredadas desagradables, grotescas, banales e idiotas como diversión.
Y hasta quieren hacernos creer que la película cuenta con personajes: Richard Armitage insiste que es padre de dos niños, un Matt Walsh decepcionante y serio quiere convencer que es un cazador de tornados y documentalista mientras que Sarah Wayne Callies se presenta como una especie de meteoróloga. Pero lo que conocemos de cada personaje nunca alcanza ser más que un resumen sucinto; jamás se nos hace entrever como reaccionaria cada uno frente a algún peligro mortal, cuáles serían sus pensamientos o con quien quisieran estar.
No tenemos en realidad una historia que podamos seguir. Sí es cierto que hay algunos pasajes sobre la difícil relación que lleva Armitage con sus dos hijos (Max Deacon y Nathan Kress), sobre la devoción obsesiva de Walsh con su trabajo y sobre el deseo de Callies de poder retornar a su hogar para ocuparse de su hija de 5 años. Sólo que esto no parece reflejar acontecimientos vividos por personajes vivientes sino más bien datos de naturaleza impersonal. No hay nada para atar al espectador más allá de lo que se nos dice explícitamente de los personajes. Por último, se parecen menos a personajes por los cuales nos podríamos preocupar que a escombros regados por todas partes por los tornados.
Y lo que hace que la película sea fea, deplorable y peligrosa es su lado deshumanizador. Prefiere el sensacionalismo de la destrucción que los efectos que esta destrucción pueda tener sobre personas reales. Y "Into the Storm" incluso falla en su misión principal porque no logra divertir a sus espectadores. No es entretenida. No es interesante. Desde cualquier ángulo que la consideremos, es un desastre.