Al salir de ver la película “Neighbors” para regresar al mundo frio, tranquilo y sin bromas sexuales puede que sea ametrallados por momentos al estilo “cómo es que” lo cual conlleva a la formulación de preguntas como: “¿Por qué es que estos jóvenes alquilaron una nueva casa para la fraternidad universitaria cuando queda apenas un mes, si acaso dos, de clases?”, “¿Cuándo fue que ella decidió tener relaciones íntimas con él?”, “¿Y quién era ese otro hombre joven?” “¿Si era él entonces por qué?” “¿Cómo?” ¿Qué?!” Sin duda que los momentos donde no existe lógica alguna son cuantiosas y esto nos invita a pensar que se pudiera hasta hacer un anuncio basado solamente en las bromas y titularlo Todo lo malo de tener vecinos y también hacer una o dos decenas de mensajes para divulgar por los medios sociales para fomentar ardientes discusiones. Pero aquí no se trata de juzgar un largometraje por los detalles de concordancia de tiempos ya que la película encuentra su punto fuerte de venta en su sabor Seth Rogen que permite hasta ver a un recién comiéndose un preservativo.
“Neighbors” se despoja de las buenas costumbres generalmente empleadas como lo son las reglas fundamentales para crear la semblanza de la realidad y de la narrativa bien entretejida pero también logra librarse del yugo rígido de todo tono cómico. La trama se traslada entre los nuevos padres Mac y Kelly (Seth Rogen y Rose Byrne) quienes tampoco están del todo listos para cerrar la puerta de su propia juventud y la diversión loca y desenfrenada de los universitarios que gira entorno a la fraternidad alojada en la casa vecina (y cuyo portavoz es Zac Efron mientras que Dave Franco viene siendo el segundo en línea de importancia). Cuando la furia de la guerra crece entre los vecinos – las personas amables transformadas en enemigos – somos invitados a recorrer los ir y venir de las agresiones brutales pero locamente divertidas donde cada maniobra trata de enojar a esos “viejos idiotas” o a “ los jóvenes de al lado”. Mientras somos peloteados por un sin fin de fechorías humanas, “Neighbors” está compuesta de episodios de una locura caricaturesca, de pathos macabro y de surrealismo absoluto. Incluso si le parece imposible que todas estas identidades cómicas cohabitan en la misma película “Neighbors” tiene un truco en el sombrero: es divertida. Nunca brillante, y rara vez refrescante pero siempre divertida.
Las bromas relacionadas con la fraternidad universitaria se apoyan en una comedia elemental y realzan el pseudo-malvado sadomasoquista encarnado por Efron al lado del vulnerable personaje de Franco, acompañados a su vez por el dúo imbécil – formado por un Christopher Mintz-Plasse astuto y un Jerrod Carmichael encantador sin que parecer que haga grandes esfuerzos – en este ambiente de juerguistas.
Una buena parte de la diversión se concentra en las bromas físicas, las referencias a la cultura pop (se hace incluso alusión a los personajes encarnados por Robert De Niro, Samuel L. Jackson y Al Pacino en otras películas y los resultados son bastante atrayentes). Pero el arma secreta de “Neighbors” es la actriz Rose Byrne, quien en la piel del personaje Kelly sobrepasa hasta las interpretaciones entregadas por sus coestrellas más reconocidas. Lanzada a grandes distancias del ámbito de los hombres heterosexuales activos, Rose Byrne sobrepasa incluso a Seth Rogen en eso de la actuación graciosa algo desmañada (es un momento hilarante y de una comicidad pura de verla al principio cuando ella lucha por establecer una conexión con los vecinos más jóvenes) y también en el aspecto de villana.
Sin embargo, este largometraje relleno de bromas jamás parece excesivo o cansón. Pese al ritmo poco incitante -recuerde que será inmediatamente inmerso en el conflicto principal, y eso presenta evidentemente dificultades para mantener la cadencia durante un tiempo extendido — y una narración que realiza brincos lamentables, estos problemas son secundarios. Pese a que algunas bromas parecen forzadas o refritas, pese a que los personajes son maleables, pese la presunción exagerada … nosotros no podemos sino soltar carcajadas y risas. ¡Y eso es todo lo que hace falta para decir que la película es un éxito!