Bajo los numerosos niveles de construcción de un mundo de ciencia ficción que conforman “Divergent” encontramos lo que pudiéramos considerar una idea simple y humana: el mensaje que una persona puede ser “más que una sola cosa”. Que las personas con mayores méritos no siempre se amoldan a las rígidas estructuras de la sociedad – sea la nuestra o la de la Chicago en el futuro – porque al parecer “cuando no se encaja” al parecer resulta mejor después de todo. Que nosotros – la mayoría silente marginada – hayamos descubierto en Tris Prior (Shailene Woodley) un nuevo ídolo para dar voz a la importancia de ser diferente. Pero es verdaderamente difícil crear un lazo a un personaje como Tris mediante un guión tan mal escrito.
Si bien los parámetros del papel permitirían lógicamente que ella tuviera suficiente personalidad, imaginación y audacia para que Tris pudiera ser un ser humano entrañable resulta ser que no encontramos casi nada de personalidad en la versión creada de la heroína en el guión. Efectivamente la ausencia de personalidad es una característica omnipresente en este mundo. Desde el comienzo de su introducción se hace patente que algo está ausente en el desarrollo del héroe de la película. Tris explica la naturaleza de las cinco facciones sociales existentes en el futuro en un Chicago totalmente diferente— los Audaces, los Altruistas, los Eruditas y dos grupos cuya contribución es un poco dudosa, y menciona también que aquellos que no han sido incluidos en algún grupo son desterrados de este mundo y son abandonados a une existencia desierta (y si usted no está al tanto este el caso de ella).
Hay que señalar que en esta historia supuestamente enfocada en el tema “de ser si mismo” nadie parece ser si mismo. Y el recorrido por un mundo demasiado mecánico no logra crear semblanza alguna de realidad (a pesar de la generosidad de la idea de “ pertenecer” ) los personajes no logran desarrollarse sin que les conozcamos alguna personalidad convincente ya que ni siquiera sus líneas tienen algún aspecto personalizado. Con este telón de fondo una Tris Prior con una personalidad más pronunciada sería doblemente efectiva. Pero el director Neil Burger y los guionistas Evan Daugherty y Vanessa Taylor no tratan de pintar un mundo grisáceo detrás de la heroína que brilla. En pocas palabras, no tienen la destreza requerida para crear algo que parezca humano.
Hay varias razones que nos impiden decir que el personaje de Tris sea del todo malo. Ante todo, está Shailene Woodley. Hay que reconocer lo que logra hacer con un material de tan poca calidad. Todo el encanto que se le acredita a Tris proviene únicamente del esfuerzo de Shailene, y gracias a su trabajo en el pasado ya sabemos el excelente trabajo que hace cuando se le pone en sus manos un buen guion. ¡Logra resultados esplendidos! Segundo, también es cierto que Tris pudiera ser la mejor heroína joven adulta que hayamos visto en estos últimos tiempos.
Pero sin un verdadero personaje al cual le podamos enlazar esas pequeñas victorias, todo esto no contribuye gran cosa. Solamente rebanadas adicionales de una pizza en el estilo de Chicago (con bastante masa) sin alma, sin alegría y sin inteligencia que es esta película. Pero esta historia de ficción distópica fracasa de la misma manera que la pizza de Chicago: demasiado calorías y sin un gusto que lo distinga.