Si disminuimos la importancia acordada a las explosiones del Capitolio, a las estratagemas y al subtexto global sobre los conflictos internacionales encontraremos el verdadero placer de White House Down: su carácter. Estamos frente a otra fusión de desastre astronómico y de encanto humano dirigida por Roland Emmerich, quien también fue el director de "Independence Day." Este thriller que se desarrolla en Washington, la capital americana, desvía buena parte de la atención de los edificios que se desmoronan (felizmente) para concentrarse en los momentos con más matices compartidos por las estrellas afables : Channing Tatum en la piel de un aspirante agente del Servicio Secreto, y Jamie Foxx, que encarna al comandante en jefe con una frescura apasionada.
A medida que se desarrolla una amistad inverosímil entre las dos estrellas— que se ven obligados a aliarse cuando Washington se ve confrontada por la furia de activistas americanos —, nos damos cuenta que vamos sintiendo una conexión no con un guardia de seguridad y un presidente sino más bien con hombres que atraviesan la siguiente situación : un hombre poco competitivo que se esfuerza por impresionar a su hija adolescente (que se convertirá ella también en uno de los tantos secuestrados por los asaltantes de la Casa Blanca) y un hombre de la clase media quien, aunque aun esté apasionado por su nuevo lugar en el mundo, muestra ciertas señales de cinismo frente al sistema político … sin olvidar esa mala costumbre de fumar que tanto trata de subyugar (¿acaso aluden a alguien aquí?)
El John Cale encarnado por Channing Tatum es un ex soldado de tendencia conservadora mientras que el presidente Sawyer encarnado por Jamie Foxx es criticado por sus electores blancos más viejos debido a sus forma de ser pacifica y su falta de experiencia militar (¿seriamente, de quién hablarán?).
Dejando a un lado sus diferencias para dar preferencia al interés del país y de la hija de Cale, ambos desarrollan una fórmula de «tándem policíaco» que proporciona tantas risas como momentos de suspenso.
Gracias a la presencia y a la gran habilidad cómica de Jamie Foxx, pero también de Channing Tatum, este aspecto rara vez falla en alcanzar a su blanco. Pero la película pierde un poco de su fuerza cuando sigue una dirección distinta en su intento por remplazar la acción de gran despliegue con la sinceridad intensa. Jamás aburrido pero a veces difícil de mantener la vista fija en la pantalla, debido a la artillería pesada desplegada dentro del complot terrorista imbricado dentro de los acontecimientos, la película pierde su sentido de placer dentro de la intriga que a veces se aproxima demasiado a la realidad.
¿Acaso se busca hacer reflexionar al espectador sobre el clima internacional evocado por “White House Down”? En ciertas ocasiones, Roland Emmerich parece querer invitarnos a hacerlo… pero de golpe, un agente federal lanza un comentario sobre el presidente utilizando un lanzacohetes, o una guía de turismo pierde la cabeza porque un terrorista ha roto una pieza antigua de la Casa Blanca. La película pareciera nadar en aguas ridículas y la verdad es que es precisamente esto lo que hace.