Adaptación de la revista de cómics 2000 AD que inspiró Judge Dredd, la película de gran acción llevada a la pantalla grande en 1994 confiando el papel principal a Sylvester Stallone llevando la ciencia ficción a nuevas alturas, Dredd minimiza los aspectos futuristas para enfocar la brutalidad a la cual se ven sometidos los criminales al ser atrapados por Judge, es decir algún juez. Estamos en un mundo no tan distante al nuestro en el cual se le permite al juez dictaminar la sentencia desde el momento en que es capturado un criminal – y lo cual implica generalmente que recibirá algunos tiros en la cabeza. Dredd pudiera ser resumida como 90 minutos siniestros, impetuosos e ininterrumpidos que entretejen un sentimiento de humanidad a escenas de feroz combate. Y esto resulta chocante si consideramos la enorme cantidad de sangre vertida cuando el Juez Dredd toma el sendero de lucha, y este hombre de la ley empieza su labor desde la primera vez que aparece en la pantalla.
En esta nueva versión del comic legendario Judge Dredd es encarnado por Karl Urban, un joven de cuerpo musculoso que supo medirse logrando mezclar exitosamente machismo y comedia basada en comentarios de una sola línea. Un héroe muy convincente. Para investigar una serie de asesinatos asociados con unos de los criminales más aterradores de Mega City 1, Dredd tendrá como ayudante a una persona que no pudiera ser más distinta a él: Cassandra (Olivia Thirlby), quien fue reclutada recientemente y cuyo débil instinto asesino se ve compensado por sus poderes síquicos de mutante. Pese a que Cassandra no cuenta con las habilidades que le permiten a Dredd romper el cuello de sus víctimas, ella también aporta una gran fuerza. El duo debe enfrentarse a Ma-Ma (Lena Hedley), instalada en su torre de 120 pisos y que está a punto de comercializar una nueva droga llamada Slo-Mo (abreviación para slow-motion y que implica que todo parecerá pasar en movimiento lento.) Para detener a esta traficante Dredd y Cassandra tendrán que matar a sus gánsteres cuando vayan bajando del rascacielos. Una premisa sencilla, mucha sangre vertida.
Gracias a los dos actores estrella la película tiene un fuerte elemento de atracción. A Karl Urban le corresponde la ingrata tarea de encarnar a Dredd portando el célebre casco de juez. Pero supo compensar el hecho de llevar cubierta la cara mediante sonidos amenazadores y una voz electrificadora. Además, Karl Urban parece haber domado el arte de escoger el momento preciso para hacer comentarios cómicos. De igual manera la película pudo haber relegado el personaje de Cassandra a un segundo lugar limitando su importancia sencillamente a sus poderes mágicos que permiten salvar alguna situación desesperada. Pero Olivia Thirlby en la piel de Cassandra resulta ser el alma de “Dredd para dar a la película la compasión que hace falta en circunstancias poco prometedoras y mostrando la dualidad encerrada en el programa Judge. ¿Por qué es que las personas no cuestionan el hecho que los policías tengan derecho a matar cuando les parezca que es la sentencia apropiada? ¿Cómo es que esto ha llegado a ser la nueva definición del heroísmo? El guión de Alex Garland (“28 Days Later”, “Never Let Me Go”) plantea con inteligencia estas preguntas y Cassandra es la persona mejor capacitada para tratar de darles respuesta. La actriz Olivia Thirlby es adorable como Cassandra pero también sabe ser feroz y eso es justamente lo que Judge Dredd necesita tener a su lado.
Aunque muchos consideren que Dredd no sea una película espectacular, sí es una maravillosa película Comic-Con – que vale la pena ver a medianoche y gritar a todo pulmón en nombre de lo que se llama la buena y absurda diversión.