Si bien Tom Cruise es una de las estrellas más grandes del planeta, aquí su mayor fuerza es que Cruise se coloca en un segundo plano para ceder el plano mayor a la visión del director. En “Oblivion” el actor le disminuye el nivel de heroísmo a su personaje para más bien transformarse en un Jack pensativo y errante. Jack, se pierde en sus reflexiones mientras prepara para volver a estar con los terrestres que se fueron de la Tierra pos apocalipsis. En vista de la destrucción del planeta por los extraterrestres los humanos deciden vengarse con un feroz contraataque antes de partir a Saturno. Jack continúa su labor de encontrar el agua marina restante en la Tierra para generar energía para en nuevo planeta y en vista del poco tiempo que le queda aquí él empieza a recordar su pasado – y son recuerdos que teóricamente no debería tener.
La verdad es que nos encontramos ante una intriga bastante densa. Tom Cruise toma la sabia decisión de simplemente divertirse en su papel dejando el peso del trabajo al director Joe Kosinski (“Tron Legacy”), que está tan ocupado con los movimientos fluidos de sus vehículos futuristas y paisajes metropolitanos en ruina como lo está con los altos y bajos que atraviesan las emociones de Jack. Kosinski, utilizando un guion que escribió junto con Karl Gajdusek (“Last Resort”) y Michael Arndt (“Star Wars VII”), selecciona una gama de conceptos de ciencia ficción para juntarlos todos en la película transformando “Oblivion” en una historia completamente original pero donde cada momento nos resulta enteramente conocido y familiar. Por suerte Kosinski es también un maestro en la creación de paisajes. Sobrevuela lentamente cada paisaje como si filmara una película sobre la naturaleza enfocando su excesiva obsesión hacia detalles como la operación de cada aspecto técnico para que nosotros, los espectadores podamos comprender el funcionamiento de todo, seguir paso a paso las actividades cotidianas de Jack y su Victoria (Andrea Riseborough) y así ahogarnos en la monotonía de sus labores. Se trata de una construcción lenta y Kosinski, a diferencia de tantas películas de género actualmente, exige que uno reconozca el esfuerzo requerido para construir el mundo que vemos en Oblivion. Y da una gran satisfacción.
Tom Cruise resulta ideal para su papelo de Jack en su viaje de observación. Al igual que en La Guerra de los mundos, Tom Cruise es totalmente convincente como el empleado de cuello azul que realiza repetidamente todos los movimientos necesarios para asegurar la reparación de los drones y también sabe vendernos la acción intensa cuando descubre la verdad sobre su vida. Jack nunca parece estar del todo convencido; la aparición de una humana misteriosa, Julia (Olga Kurylenko), como también del dirigente del movimiento de la resistencia (Morgan Freeman, cuya participación le otorga altura al largometraje) llevan a que Jack se interiorice más y más en su interior.
Sí bien es detectable cierto aspecto épico en “Oblivion” Joe Kosinski no llega a desarrollarlo. Pierde esa oportunidad de enganchar al público a un nivel más emocional para dejar en manos del artista electrónico M83 la creación de la ambientación emocional a través de su música. Si bien la relación entre Victoria y Jack se supone ser fría (“Nosotros hacemos un buen equipo”, dice Victoria cada mañana a sus superiores.), el mundo que los entorna sufre de una falta de personalidad — especialmente con la banda sonora excesiva.
“Oblivion” es un ejemplo de una obra donde el estilo cuenta más que el contenido. Pero hay que reconocer que Kosinski es un as en la creación de belleza visual. Joe Kosinki y Tom Cruise le dan el peso justo a la intriga y a los personajes para interesar al público a seguir la trama en este mundo de salvapantallas de varios millones de dólares – un espectáculo que vale la pena ser visto en IMAX. Con sus orígenes complicados y densos, “Oblivion” es de esas películas que no pueden sobrevivir a un examen minucioso, y eso representa una buena parte de la diversión. Al estar frente a la pantalla se asombrará y luego de la película debatirá y se hará muchas preguntas durante el trayecto que siga para llegar a su vehículo a la salida del cine.